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jueves, 14 de junio de 2007

Huertos comunitarios (Vallcarca)


Entrevista publicada en el número 0 de L’Espontani de Vallcarca

Traducción:

Entrevista a los Huertos Comunitarios

Hace dos años un grupo de vecinas y vecinos decidieron arreglar el espacio inutilizado de la antigua escuela colonial, entre la calle Gustavo A. Bécquer y Farigola, para iniciar un proyecto de huertos comunitarios y autogestionados. Desde entonces allí se cultivan todo tipo de hortalizas y productos en el barrio. Joan y Sara son dos de los cultivadores de estos espacios y muestran la diversidad generacional que ha caracterizado el proyecto.

Cómo comenzó y en qué consiste esta iniciativa vecinal de tener un huerto en el barrio.

J: Consiste en que los vecinos que quieran, tengan un huerto, aquí en el barrio, al lado de su casa. La idea surgió porque había un espacio que se utilizaba, como si dijéramos, de aparcamiento y era un espacio lo suficientemente grande, con árboles frutales, un pozo… Un día nos reunimos y dijimos que no era mala idea convertirlo en huertos. Lo hablamos unos cuántos y realizamos un día de parcelación del espacio.

¿Qué consideraríais que os aporta este proyecto personal y colectivamente?

J: De manera personal es un antiestresante realmente muy bueno. Te relaja eso de ir a huertecito, cavarlo, quitar todas las hierbas, ponerlo todo bien plano, después hacer los agujeros y plantar, ir a regarlo…

Y colectivamente… En verano cuándo hace ya más calor, por la tarde, hay un árbol que hace sombra. Se está muy bien hablando con los vecinos…

Y todo esto es de alucine. Todo esto se está haciendo aquí en Barcelona y a cuatro metros de nuestra casa.

S: Para mí es importante también, un trozo en medio de la ciudad donde realmente puedes hacer vida de campo un poco. Colectivamente hay la sensación que podemos

hacer cosas conjuntamente. Que no hay la necesidad de que hayan unos estamentos que estén detrás para hacernos las cosas. Desde la base, desde la gente, se pueden crear proyectos muy majos.

¿Y, a quién está abierto este proyecto?

J: A quién quiera, y a quién tenga un comportamiento… que piense que no está el solo, que somos unos cuantos y que tenga unas normas de convivencia. El único problema que hemos tenido es con el tema de los perros. A mí me da igual pero hay gente que dice que estropean los huertos…

S: No es un espacio muy grande tampoco y al final hemos acordado no llevarlos.

Ahora que esta tan de moda el cultivo ecológico, ¿utilizáis insecticidas químicos, fertilizantes…?

J: No, porque la gracia esta en comer lo que tu has plantado, lo que has cuidado, lo que ha dado la naturaleza sin ningún aditivo, ni abono químico.

S: De hecho ese es uno de los digamos ”requisitos”, que se han acordado: que no hubieran fertilizantes químicos.

Qué le diríais a la gente que no entiende la necesidad de estos espacios.

S: Pues precisamente eso: es un poco para romper esta vida de “hormigón” y edificios. Que no hay ningún contacto con la naturaleza, cosa que creo que es básica y necesaria y realmente aporta muchísimo. Y ahora parece como que sea una cosa de pueblo, una cosa extraña.

J: No hace mucho tiempo, era prácticamente habitual aquí en Barcelona, me acuerdo cuando yo era pequeño: la gente tenía en casa conejos y gallinas y aquí, donde ahora tenemos los huertos, parte del terreno ya eran huertos. Y aquí pasado el puente de Vallcarca subiendo a la izquierda todo eran huertos de payés, que vivían de sus productos.

Pero es que ahora hay un sentido de “modernidad” que parece que signifique que se ha de arrasar con todo lo que no este de moda.

S: También es muy importante el tema de la autogestión, que la gente pueda hacer cosas de manera autónoma. Incluso sus alimentos.

Horticultura urbana